Le cuento que soy de la ciudad de Tandil, provincia de Buenos Aires. Trabajo en la empresa Confecciones Winter hace ya 7 años y meses.

Desde el mes de junio comenzamos a trabajar medio jornal. Con ello vino el ajuste de medio sueldo, la plata no alcanza, hay que salir a buscar otro empleo por medio día y esa oportunidad no llega. Mande los emails que te puedas imaginar, media ciudad se enteró que busco empleo. Y no llega.

A eso sumale que desde diciembre tuve un accidente dentro de la fábrica, fui a salir, se descarriló un portón y se me vino encima. Tuve un gran golpe sobre mi mano la cual todavía no logro recuperar bien. Tuve una cirugía y hoy me hablan del Síndrome de Sudeck. Con ello vino que la ART me paga el sueldo y claro estoy en blanco por 4 horas más allá de que trabajaba 8 en su momento, lo peor que la ART paga por lo que dice el recibo.

Otra más para sumar: soy mamá de un niño de 10 años, mi único héroe en todo este lío. Ya que es la gran razón de mi vida, por quien sigo viva. Thiago es un niño con fisura de paladar y hoy por hoy lo están investigando en Buenos Aires por una posible distrofia muscular. Ahí viene que va a terapia ocupacional que me cubre la obra social. Kinesiología que también me la cubre. Fonoaudiología que también me la cubre y natación terapéutica cada clase me sale 700 pesos y va una vez por semana, que de eso me cubre solo un porcentaje que viene por reintegro cada 3 o 4 meses. Va dos veces más a natación, que eso no me lo cubre y por su patología necesita hacerlo, si no, vienen los dolores, lo cual es muy triste ver como llora de dolor de piernas y manos. Te parte el alma literal.

Claro, más allá de que la obra social responde, es mucha la plata que sale de mi bolsillo. Y poca la que entra. Cada viaje es plata y claro en el afán de poder darle todo lo que necesita Thiago fui tomando distintas deudas las cuales hoy no puedo afrontar y siento que me desbordo y no puedo salir.

Vivo con mis papás y todo el mundo cree que por eso tengo una vida asegurada y te lo confirmo y demuestro que no es así.

No puedo más. Me llueven llamados intimando a pagar. Cartas documentos. Es muy triste con 35 años no encontrar una salida.

Con 35 años despertarme llorando por no saber cómo seguir viendo, que la plata no me alcanza. Querer desaparecer y no poder porque hay un hermoso ser que me necesita y que sí lucha como un verdadero héroe.

Una vez más acá en mi ciudad, todos hacen oídos sordos. Y como en el email anterior le digo yo no quiero ir hacer papelones al municipio de encadenarme o un simple llamado de atención para que se entere el mundo y seguir sin una solución.

Estoy parada en un punto donde a nadie le importa el resto.

Hoy mi prioridad es conseguir un empleo que me permita hacerme cargo de toda esta situación. Una ayuda económica para poder pagar todo lo que tanto me atormenta. Hoy es una deuda -con intereses y todo- de 45.000 pesos, es un número importante y no consigo un crédito por que a raíz de toda esta situación nadie me lo da. Juro que no puedo más, mi cabeza estalla.

Sé que personas como yo debe de haber muchas. Pero mi preocupación es mía y hasta me hace algo egoísta ante el ojo del Sr. Intendente y otras personas que hacen oídos sordos a mi pedido.

Claro, a ellos no les llueven los llamados y las cartas de intimación.

Y las ganas de desaparecer cada vez son más. Los tiempos son cortos y mi ayuda o solución no llega.

Yo no quiero que me regalen nada, prometo devolver peso a peso todo lo que se me preste.

Pedir un empleo digno es como decir una mala palabra, mi Dios, pero claro, no podemos hablar con personas que tienen la vida solucionada.

Ruego de corazón una ayuda económica y una oportunidad de empleo.

¿Pido mucho?

Acá les dejo mi contacto:

Marta Mansilla

Cel. 2494496476