Después de la contundente derrota en las PASO y con un panorama adverso de cara a las generales de octubre, explotaron los planteos internos puertas adentro de la Unión Cívica Radical y sus principales socios en Juntos por el Cambio.
Muchos coincidieron en la necesidad de generar un espacio para la autocrítica, pero fue el convencional nacional Víctor Quinteros el que encendió la mecha cuando anticipó que pedirá la renuncia de los candidatos que encabezan las listas porque “han destrozado el concepto de que la UCR es la columna vertebral de la oposición”.
El presidente de la UCR, Alfredo Marchioli, llamó a trabajar en unidad para ser la mejor alternativa y su par de la CC ARI, Rubén Manzi, dijo que se hace cargo de la derrota pero recordó que no es “el único”. Carlos Molina, presidente del PRO, no se desespera y recordó que el proceso electoral “todavía no termina”.
Para Quinteros, se preveía que en estas primarias “se expresaría el descontento y el malestar que hay con el gobernador Raúl Jalil”. “Eso nos iba a dar la posibilidad a la oposición de alcanzar una posibilidad cierta de conquistar el Gobierno, si es que se mantenían los porcentajes de otras elecciones”, se entusiasmó.
En ese contexto es que, dijo que la mala performance de JPC “tiene que ver con quienes han encabezado las listas, que tienen que hacerse responsables”. “Además, tiene que ver con la estrategia de mantener el kiosco, cuando esto tendría que ser una unidad para demostrar que el cambio es distinto”, sostuvo.
Quinteros, sin embargo, también contribuyó a esa debilidad de JPC: a principio de año se propuso para candidato a gobernador, luego se presentó como tercera alternativa a precandidato a diputado nacional en JPC al momento de cierre de listas para finalmente declinar de su armado.
“La oposición no se mostró como alternativa de cambio y eso es lo que hay que analizar, es el dato central. La posibilidad estaba, porque el techo de Jalil bajó: solamente lo votó uno de cada cuatro catamarqueños”, insistió el dirigente.
Así fue que propuso que, de cara a las generales de octubre, “se tienen que bajar los candidatos que encabezaron todas las categorías”. “Hay que dar un mensaje muy fuerte a la sociedad. Si dan un paso al costado Flavio Fama y Rubén Manzi, la Junta Electoral podría proclamar a Hugo Ávila y Silvana Acevedo, y me parece que van a hacer un mejor papel que el que haría Fama.
No me cabe duda de que si se bajan (Luis) Lobo Vergara y (Enrique) Cesarini, Patricia Breppe podría hacer un mejor papel. A nivel intendencia, si se bajan (Francisco) Monti y (Alfredo) Marchioli, seguro que Javier Varela (de La Libertad Avanza) hace una mejor elección y le gana a Gustavo Saadi. Y no tengo dudas de que en cuatro años Varela termina con el narcotráfico en los circuitos, algo que no pueden hacer ni Monti ni Saadi”, sostuvo.
Quinteros no dudó en que estos nombres son “los responsables de la derrota”, aseguró que si todos ellos se bajan de las listas “se puede armar algo mucho más transparente”. “Lógicamente no se van a querer bajar por una cuestión de egos. El resultado en octubre va a ser peor”, lamentó.
Esto desató enojos dentro de la UCR, entre los que destacó el de la diputada Natalia Herrera, quien busca la reelección en la lista actual. Sin nombrar Quinteros, en las redes hizo una crítica que alimentó la polémica. “Ocho años ñoqui becado en la Nación.
Se dedicó a viajar. No tiene cara. No me sorprende. Siempre fue dañino”, afirmó. Así recibió el respaldo de muchos otros dirigentes, que recordaron que Quinteros “especuló hasta último momento”.
El ex precandidato a gobernador y presidente de la CC ARI en Catamarca, Rubén Manzi, sostuvo que la derrota tuvo que ver con la irrupción de los libertarios, que “fundamentalmente saca votos de la oposición, que estaban para ser votos contra del gobierno kirchnerista”. “Eso a nosotros nos bajó mucho nuestro rendimiento electoral”, dijo, y aludió también al tremendo número de votos en blanco.
Aunque prefirió no meterse en la interna de la UCR, si consideró que “la victoria tiene muchos padres y la derrota ninguno”, y allí asumió su cuota de responsabilidad por la derrota no solo como fuerza, sino también dentro de la interna opositora. “Yo reconozco que soy parte de la derrota pero no el único.
Ahora que aparezca gente que dice cosas extremas y que no se hace cargo de su propia responsabilidad porque la responsabilidad es participar y equivocarse y también es no participar, es cosa de ellos. Si los resultados no fueron como esperábamos es una historia que habrá que explicarla y analizarla en su momento”, minimizó.
El presidente de la UCR, Alfredo Marchioli, convocó a una reunión de la mesa ejecutiva del partido y luego dijo en sus redes sociales que retomaron el trabajo “para que toda la UCR se ponga al hombro esta campaña, tengamos el mejor resultado posible y seamos una real alternativa de gobierno”.
“Los catamarqueños nos merecemos un gobierno que se ocupe de nuestras necesidades y ahí está la UCR en el marco de Juntos por el Cambio”, insistió Marchioli, en un tono desganado.
Para frutilla del postre, apareció el ex candidato a gobernador de la UCR en 2019, Roberto Gómez, a recordar que si bien la suya fue una derrota dura, esta actual es todavía peor. “Las divisiones internas nos llevaron a tener cada vez menos votos”, dijo. Algo de razón tiene.