El intendente Saadi arremetió contra Milei y lo tildó de lo peor: ¿Se olvidó de la acusación de corrupción en su contra?

El intendente Gustavo Saadi tuvo la osadía de abrir las sesiones 2025 en San Fernando del Valle de Catamarca atacando a Javier Milei y su ajuste, como si él fuera un paladín del progreso.
“No creemos en la motosierra, sino en construir”, soltó con descaro. ¿Construir qué? Su familia lleva décadas hundiendo a Catamarca en el atraso, el nepotismo y la corrupción, mientras él se pavonea con promesas vacías. Fue el planteo que presentó el medio Realidad Catamarca.
Hablar de los Saadi es abrir una cloaca de abusos. Desde los ’80, convirtieron la provincia en su feudo, y el asesinato de María Soledad Morales en 1990 dejó al descubierto su podredumbre: un crimen que desnudó la impunidad de un clan intocable, hasta que la intervención nacional los frenó.
Pero el ADN corrupto sigue intacto en Gustavo, que hoy critica a Milei mientras Catamarca se desangra.
En su discurso, anunció 300 cámaras de seguridad, un Centro de Diagnóstico y plazas remodeladas. ¿Y las obras pasadas? Abandonadas o infladas, según denunció Realidad Catamarca. La inseguridad crece, la violencia no cede y los ciudadanos ven cómo Saadi recicla la misma demagogia de siempre.
Mientras Milei intenta limpiar el desastre nacional, este intendente defiende un modelo que mantiene a la provincia en el fondo.
Catamarca no necesita más "Sáadis" aferrados al poder con clientelismo y discursos huecos. Merece un cambio real, no un intendente que usa la crítica a Milei como cortina de humo para tapar su ineptitud y el olor a podrido de su apellido. ¿Hasta cuándo lo soportarán los catamarqueños?